“CON AMOR A LA VIDA”.
Por: Lic. Salvador Medina Ayala.
Conocí a Don Urbano, una persona muy singular y agradable. A sus setenta y dos años de edad aun tiene sueños y esperanzas. Tengo poco tiempo de haber iniciado una bonita amistad con él y ya son muchas cosas las que me ha enseñado en ese breve tiempo.
La primera vez que tuve la oportunidad de tratarlo, quedé gratamente impresionado por su energía, entusiasmo y amor para realizar cosas, para vivir.
Hace unos días tuve la oportunidad de escuchar su música, sus canciones (él es compositor y de una gran valía) y disfrute bastante de la calidez humana, sencillez y buen humor de que hace gala, pero sobre todo, de su libertad y de ese profundo amor que tiene por la vida.
No es muy común encontrar personas que a esta edad, mantengan un gran dinamismo, salud, pero sobre todo, un alto nivel de productividad.
Conozco jóvenes que no tienen la vitalidad y entusiasmo por vivir, por crear, por realizar nuevas empresas como mi estimado amigo.
Para Don Urbano, la vida aún le tiene gratas sorpresas, pues lucha y se esfuerza por alcanzar sus metas y propósitos. Conversamos hace poco de algunos proyectos que pretendemos realizar de manera conjunta y, me sorprendió su manera tan positiva que tiene de ver las cosas, de tener anhelos y sueños que aún quiere atrapar.
Que bella oportunidad me ha dado Dios de conocer a Don Urbano, por él he aprendido que lo esencial de la existencia mora en el interior de cada de individuo y que no hay edades que puedan impedir él seguir construyendo un castillo de ilusiones.
Don Urbano vive la realidad de la vida con el corazón en paz, por eso es libre y por eso es capaz de amar y por eso no le teme a la muerte, porque quien tema a la muerte, es porque teme a la vida, y Don Urbano ama profundamente la vida.
Él, es como sus canciones, es una bella melodía: de vida, de esperanza y de amor.
¡Hasta la próxima!
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