A todos nos encanta cuando una fotografía recibe muchos elogios. Ya sea cuando la exhibimos a amigos cercanos o bien al recibir comentarios en nuestro metroflog, Picasa Web Albums o donde la tengamos expuesta. Eso nos ayuda, nos alegra y supone un buen impulso para seguir tomando fotografías. También está claro que no solemos tomarnos demasiado bien las críticas. A veces no las entendemos, no las compartimos o simplemente no siempre estamos dispuestos a que nos reconozcan los fallos. Pero ¿qué pasa con la autocrítica?
Intentamos buscar en los demás la forma de reafirmar nuestro estilo, o simplemente ante las dudas esperamos que unos comentarios constructivos nos enseñen el camino. Pero no podemos olvidarnos de reflexionar, de observar bien nuestro trabajo y extraer conclusiones críticas que, a buen seguro, nos empujarán a mejorar nuestras fotografías en adelante.
Repasa las fotografías descartadas
Un buen ejercicio de autocrítica es dedicarse un tiempo a revisar esas fotografías que hemos descartado. Las que descargamos de la tarjeta de memoria y tras un rápido vistazo en la pantalla del ordenador dejamos abandonadas en el disco duro (o simplemente las borramos para ahorrar espacio). Rara vez volvemos atrás y analizamos con detalle si somos capaces de sacarles partido. Y no está de más hacerlo.
Un repaso crítico y tranquilo por esas fotos que hemos descartado nos puede ser mucho más útil de lo que pensamos. No ya sólo porque en el momento en el que la descartamos se nos pasó por alto sus posibilidades y podemos rescatarlas, sino también porque podemos aprender de nuestros errores más habituales, al tiempo que podemo apreciar cómo hemos conseguido solventar otros.
Lo habitual es que conforme uno aprende, durante ese largo camino que asimila conceptos (profundidad de campo, medición correcta, exposición, composición…), vamos mejorando algunos pero a lo mejor no tanto otros. Echando un vistazo a nuestras fotografías menos agraciadas podemos seguro aprender de los errores.
Autocrítica: toma nota, asimila y busca la solución
En ese vistazo detenido a los descartes, que en muchos casos nos puede llevar tiempo, podemos poco a poco ir anotando errores o simplemente cosas a mejorar. No hay prisa, seguramente si están almacenadas hace semanas o meses, no importan que sigan estando un poco más. Así podemos retroceder, bucear en nuestros archivos y comprobar los tropiezos más comunes, lo que falla, aquello que no consigue que una fotografía logre convencer plenamente, lo que queríamos lograr y lo que nos faltaba para alcanzarlo.
Está claro que la ayuda externa, una visión de alguien ajeno nos puede ser muy útil. Pero el ejercicio de autocrítica no debería obviarse en ningún caso. Es necesario para asumir y asimilar nuestra forma de afrontar las fotografías y, en ocasiones, podemos descubrir nuevos caminos o simplemente abandonar manías o costumbres que nos impiden mejorar.
Puedo asegurar que una revisión a fondo de nuestras fotografías descartadas, si lo hacemos con serenidad, anotando detalles, asimilando conceptos y el estilo y proponiendo soluciones, encontraremos una forma idónea para seguir evolucionando y creciendo como fotógrafos. Podemos descubrir que nos desenvolvemos mejor en los retratos, o en los paisajes o que definitivamente no conseguimos buenas capturas con poca luz o macrofotografía. De todo ello, podemos extraer el lado positivo: potenciar lo que mejor se nos da y aprender para mejorar en lo que flaqueamos.
Visto en Xataka Foto
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