De los dementes que habitan este salón
una se burla de la cordura
aprovechándose de la ilusa razón,
robándose así, un minuto de locura
para su contradictorio corazón.
Escapa de los sitios dormidos
y se sueña despierta
bailando con la tierna pasión
y amaneciendo de nuevo en esa puerta.
Jugando al azar con la ironía
apostándole a cada sensación,
ríen juntas como nunca lo haría
si su vida dependiese de aclarar confusión.
Mientras las aves silvan al cantar
vuela al pensamiento como sería
si en aquellos juegos de azar
una demente lograse ganar.
Como siempre,
la rutina es estricta,
más en cambio, una burla a la vista
y una sonrisa que la esperanza activa.
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