Entre los años 1648 y 1651, nació Juana Inés de Asbaje y
Ramírez de Santillana más conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, en San
Miguel Nepantla, un pueblito del valle de México. Era hija de Isabel Ramírez de
Santillana y de Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca.
Aprendió a leer y escribir a los tres años. Aficionada a los
libros desde edad muy temprana, sobre todo teología y los textos griegos y
romanos clásicos. Escribió una loa eucarística a los ocho años. Fue dama de la
virreina Marquesa de Mancera y luego de intentar infructuosamente transitar por
la Universidad despertó en ella la vocación religiosa.
Ingresó a la orden de las Carmelitas, pero no resistió su
rigidez, integrando entonces la orden de las Jerónimas. Allí fue administradora
del Convento y se dedicó a escribir textos literarios, actividad que le fue
cuestionada por su confesor, Antonio Núñez de Miranda, por no ser adecuada a su
condición de mujer y religiosa.
Fue apoyada en todo momento por las virreinas a quienes les
dedicó muchas de sus poesías, y con su apoyo, logró despedir a su confesor lo
que se expresa en la “Carta al padre Núñez”, escrita alrededor del año 1682.
En 1690, el obispo de Puebla, Fernández de Santa Cruz, le
editó su Carta Athenagórica (o crítica del sermón del Mandato). Esta obra
teológica, fue calificada como profana por su confesor, quien le dirigió una
recomendación de no alejarse del espíritu religioso en “Carta de Sor Filotea”,
nombre que adoptó Antonio Núñez de Miranda como seudónimo. La “Respuesta a Sor
Filotea de la Cruz” por parte de Sor Juana (1691) en contestación a la Carta
del obispo, es una expresión de sus convicciones del derecho de las mujeres a
expresarse con toda libertad. Sin embargo, esto tendría consecuencias negativas,
ya que posteriormente debió renunciar a su Biblioteca, integrada por
aproximadamente 4.000 volúmenes, lo mismo que a sus instrumentos musicales
(amaba la música y escribió un tratado sobre el tema, “El caracol”, obra que se
halla desaparecida) para no ser objeto de juicio por los Tribunales de la
Inquisición.
Su obra involucra los más diversos géneros. En 1669 se
publicó en Madrid “Inundación castálida” con sus doce primeras loas. Sus
escritos fueron en su mayoría por encargo, según sus propias palabras, dentro
del periodo conocido como Siglo de Oro, que se extiende en su caso desde el año
1680 hasta el 1688.
Escribió hermosos villancicos y otras obras religiosas,
entre las que pueden nombrarse, tres autos sacramentales: “El Divino Narciso”,
“El cetro de José” y “El mártir del sacramento” dedicado a San Hermenegildo. En
otros escritos aborda temas de tinte romántico, irónico y filosófico. En este
caso se destaca su obra “El Sueño”, que fue conocido como “primer Sueño”, que
escribió por gusto personal y no a pedido. Cuenta de 975 versos en forma de
silva. Se trata de una alegoría sobre el vuelo del pensamiento y su caída.
En 1690, aparece “Carta athenagorica de la Madre Iuana Ynes
de la Cruz” y en 1692 se conoce el Segundo volumen de las obras de Sor Juana
Inés de la Cruz. En 1951 Alfonso Méndez Plancarte realizó una ordenada
recopilación de sus escritos, organizándolos en cuatro tomos.
El fondo de cultura económica edita la obra de Octavio Paz,
sobre Sor Juana “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe”, donde
analiza pormenorizadamente la obra de esta poetisa barroca.
Con una asombrosa libertad de expresión verbalizó
sustantivos y sustantivizó verbos, haciendo referencias mitológicas, con un
lenguaje que a veces resulta complicado de comprender para el lector común.
Falleció en la ciudad de México el 17 de Abril de 1695.
Investigó: Misael Meza Flores
Fuente: http://www.poemas-del-alma.com/sor-juana-ines-de-la-cruz.htm
Comentarios
Publicar un comentario
Escribe aquí tu comentario.
Recuerda siempre dejar tu nombre y tu correo electrónico.
Gracias.